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jueves, 8 de septiembre de 2011

Mis siete maravillas del mundo

Hace ya mucho tiempo, cuando se anunciaron las siete maravillas del mundo moderno (listado con el que estoy de acuerdo a medias), me pregunté: ¿qué monumentos elegiría yo como los mejores del planeta? Intenté pensar en una lista, pero me resultaba imposible reducirla a siete, sobre todo si tenía en cuenta el fantástico patrimonio de mi país, con el que rara vez puedo ser objetivo (^^U). Por tanto, idée una alternativa: hacer una relación de las maravillas que yo he conocido en mis viajes por el mundo, excluyendo las de España para que no se me nuble mi buen juicio :P ¿Y cuáles serían mis elegidas por el momento?

COLISEO DE ROMA
Este monumento me impresionó muchísimo cuando pasé por Roma, ciudad a la que pretendo volver en cuanto pueda. Y no sólo porque la estructura es verdaderamente colosal, sino, sobre todo, por la sensación que me produjo entrar en aquella arena y mirar hacia las gradas. Por un instante, sentí el fervor de aquel público romano reclamando sangre para su divertimento, mientras los gladiadores y las fieras luchaban por sus vidas. Fue realmente emocionante pasear por este monumento, en el que tanta historia se respiraba.

SAINTE-CHAPELLE DE PARÍS
Gracias a una magnífica guía que me pillé de París, me enteré de la existencia de esta pequeña iglesia, cuyas vidrieras son una auténtica preciosidad. A diferencia de Notre-Dame, que es mucho más oscura y está repleta de gente, la Sainte-Chapelle rebosa luz y color en cada uno de sus rincones y, como es semidesconocida por el gran público, apenas hay nadie, por lo que puedes sentarte tranquilamente en las sillas que hay desperdigadas por la iglesia y admirar tanto como se quiera las bellas escenas en rojo, azul y amarillo que hay en cada vidriera. Tras los museos del Louvre y Orsay, es una parada obligatoria si se va a visitar la 'Ciudad de la Luz'.

DAVID DE MIGUEL ÁNGEL (FLORENCIA)
Aunque en fotografía es, ya de por sí, una imagen espectacular, en vivo y en directo esta escultura es todavía más impresionante. La Galería de la Academia la tiene magníficamente colocada al final de un gigantesco pasillo, con una claraboya justo encima para darle la luz precisa a esta obra maestra. Cuando la ves, no te llegas a creer que Miguel Ángel la sacara de un único bloque de mármol, al cual dio vida. Sí, léeis bien, vida, porque la expresión de furia contenida y desafío del rostro de David es tan real que parece que, enfrente, no tengas una estatua, sino un hombre de verdad, dispuesto a acabar con su enemigo. Me hubiera pasado horas contemplando cada uno de los gestos y rasgos de esta escultura, pero me tuve que conformar con apenas unos minutos, una cantidad que espero que aumente en el futuro.

LA PIEDAD DE MIGUEL ÁNGEL (EL VATICANO)
A pesar de lo que pudiera parecer por mi comentario anterior, mi escultura favorita no es el David, sino esta Piedad de Miguel Ángel. Ya me cautivó cuando estudié Historia del Arte en Bachillerato, pero en persona es todavía más hermosa. Aunque es una escena muy triste (una madre que sostiene a su hijo muerto), a mí siempre me ha transmitido serenidad y paz. Una lástima que se tenga que ver detrás de una mampara de cristal de seguridad por culpa de un loco. Estoy seguro de que verla desde distintos ángulos, como se puede hacer con el David, haría que la experiencia de contemplarla fuera mucho más intensa; aun así, merece la pena acercarse a El Vaticano para observar esta estatua, un claro ejemplo de cómo se puede conjugar hermosura y sencillez en una misma obra de arte.

LA CAPILLA SIXTINA (EL VATICANO)
Y termina mi homenaje a Miguel Ángel (¿alguna duda de quién es mi artista favorito? :P) con su obra más famosa, una popularidad bien merecida. Y es que la Capilla Sixtina deja sin aliento en cuanto entras en ella merced a la espectacularidad de las imágenes que nos legó el genio de Caprese. Cuando uno contempla la escena de Dios creando a Adán, siente cómo la divinidad que hay dentro de nuestras almas despierta para comprenderla y disfrutar de ella a todos los niveles. Con todo, me gusta bastante más la del Juicio Final, tanto por el uso que hizo Miguel Ángel del color (no es la típica imagen tétrica y sombría propia de este motivo religioso, sino que está cargada de matices y, sobre todo, mucha luz) como por su simbología, con ese Jesucristo representando la Ira de Dios y los enemigos del artista italiano pudriéndose en el Infierno.

SANTA MARÍA DEL FIORE DE FLORENCIA
He visto infinidad de catedrales e iglesias en mis viajes por el mundo, pero ninguna me ha gustado tanto como la de Florencia. Los motivos saltan a la vista: el empleo de mármoles de tres colores diferentes para la decoración de la fachada, la excelente mezcolanza de estilos arquitectónicos, el Campanile de Giotto, la espléndida y grandiosa cúpula de Brunelleschi... Y, justo enfrente, el baptisterio de San Juan, un poco más humilde en su apariencia exterior, pero que cuenta con la asombrosa Puerta del Paraíso de Lorenzo Ghiberti, quien dejó, para disfrute de toda la Humanidad, sus escenas del Antiguo Testamento grabadas en bronce dorado. Es un conjunto arquitectónico único por su modo de unir la genialidad de la ingeniería con la belleza del arte renacentista.

BIG BEN Y PARLAMENTO BRITÁNICO (LONDRES)
Quizá os sorprenda que haya escogido este edificio, más sobrio que las anteriores maravillas, pero siento una especial predilección por él. Desde que vi el Big Ben aquella mágica noche de agosto de 1999, estoy enamorado de esta construcción neogótica, cuya fachada nos ofrece fantásticas instantáneas, como las de la Torre Victoria, el Salón Westminster... Y, por supuesto, la del viejo Ben, cuya esfera dorada, iluminada por la noche, ha presidido algunos de mis mejores recuerdos en mis peripecias por el extranjero. Supongo que no soy nada objetivo con este edificio, pero no me negaréis que tiene un encanto muy particular, que te traslada en el tiempo hasta la época en la que el Reino Unido, por mor de la gloria de su reina y su Imperio, gobernaba el mundo.

Y vosotros, mis queridos lectores, ¿qué monumentos escogerías? ¿Elegiríais los mismos o apostaríais por otros distintos?

2 comentarios:

Gabriel Knightley dijo...

Pues no estoy seguro de cuáles serían mis Siete, pero entre ellas se contarían dos, seguro: la Iglesia de Santa Croce en Florencia (donde yacen entre otros Miguel Ángel y Galileo, además de haber un cenotafio bellísimo honrando a Dante), y una que tú has señalado, Santa Maria del Fiore. Gracias al Duomo pasé una de las mejores tardes de mi vida, que culminó en una cafetería en una esquina frente a la catedral, tomando un café con varios amigos mientras lloviznaba fuera.

Florencia en sí podría contarla entre mis Maravillas.

¡Gran selección, Alberto! Tomo nota de la Sainte-Chapelle, para cuando cumpla con el placer pendiente de visitar París :)

Selerkála dijo...

Me estaba saliendo un comentario larguísimo, así que creo que voy a preparar un post para contestarte en mi blog. En cuanto lo tenga listo (quizá tarde unos días, porque me tienes en mitad de exámenes), te lo enlazo aquí, ¿vale?
Quiero comentarte como mereces;
Además, me has tocado la fibra sensible con este tema, je je je.

Un besico.