Los niños de la Lambada

Gracias a Jennifer López y el 'Pirbú' (lo siento, me niego a escribir correctamente un nombre artístico tan poco afortunado), este año ha regresado a nuestras vidas la canción del 'baile prohibido' (:P), a saber:



Para aquellos demasiado pequeños para recordarlo (o incluso vivirlo), la Lambada fue un auténtico fenómeno a principios de los años 90, en buena medida gracias a este vídeo musical que dio la vuelta al mundo. Su historia de amor prohibido y atrevido y los sugerentes movimientos de los bailarines brasileños abrieron, en cierta medida, los ojos del planeta a una cultura, la latina, que iría ganando adeptos con el paso de los años.

Pero volviendo al tema que nos ocupa, un aspecto bastante peculiar de este vídeo eran sus protagonistas, que, rompiendo la tónica habitual, no eran los miembros de Kaoma, sino dos preadolescentes que vivían un particular 'affaire', resuelto (cómo no) mediante el baile. Y no sólo sorprendía que la trama de un romance no girase en torno a chicos más adultos; el mundo, además, se quedó asombrado con la habilidad de ambos para bailar, de la que tenéis aquí otro ejemplo más:



Con esos pasos tan bien ejecutados y esa maestría a la hora de moverse, Washington Oliveira (más conocido como Chico) y Roberta de Brito se hicieron muy populares. Quizá no en España, pero sí en el resto del planeta, viendo el productor de la Lambada, Jean-Claude Bonaventure, un filón en la jovencísima pareja. De esta forma, justo un año después del boom de Kaoma, salía al mercado Frente a frente, el primer álbum en solitario de Chico y Roberta, cuyo principal 'single' podéis escuchar a continuación:



Bailan mejor que cantan, ¿verdad? Quizá por eso en España no sonó prácticamente nada, pero en Francia, Brasil o Italia cosecharon un éxito rotundo. De hecho, en el país galo Frente a frente fue disco de oro, vendiendo el 'single' que acabáis de escuchar más de 300 mil copias. Por su parte, Esperança do Natal, una canción de corte más navideño, llegaría a la nada desdeñable cifra de 228 mil. Su popularidad era tal que hasta la televisión italiana los contrataba para sus galas:



¿Y qué pasó con ellos? Por motivos que se desconocen, la pareja se separó y jamás volvió a los escenarios. Chico se convirtió en pastor protestante, se casó, tuvo una hija y se puso a trabajar en una misión en Espírito Santo; mientras que Roberta se hizo veterinaria en Brasilia y también contrajo matrimonio, teniendo hoy día dos hijos. Nunca se han planteado regresar a los focos que los iluminaron allá en los 90, pero siempre nos quedará su alucinante y envidiable forma de bailar (que no de cantar :P).