Páginas

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Una ópera en el lago

Prestad atención a la siguiente imagen:

Alucinante, ¿verdad? Pues este espectacular despliegue no lo encontraréis en ninguna película, sino en el Festival de Bregenz, uno de los acontecimientos culturales más importantes de toda Europa, tal como acreditan los más de 200.000 visitantes que acudieron este año a la ciudad austríaca. Aunque el foco principal de atención son las óperas, operetas y/o musicales en general, en este festival también tienen cabida el teatro, tanto clásico como contemporáneo, y otras formas de expresión escénica, presentando un completo programa conformado por más de 100 actuaciones de distinta naturaleza.

Aunque son muchos los lugares que acogen las diferentes representaciones programadas (llegan a desarrollarse incluso al aire libre), el más famoso y, por consiguiente, el que sirve de escenario a las óperas de mayor renombre, es el Seebühne, cuyas instalaciones ya habéis podido contemplar en la imagen con la que comenzaba esta entrada. El Seebühne tiene bien ganado su renombre por varias razones: está emplazado en el Lago Constanza (no a la orilla del mismo, sino flotando EN él), cuyas aguas sirven como extensión del espacio escénico, el cual, como habéis comprobado, presenta unas estructuras asombrosas por su tamaño y originalidad.

Quizá esta última sea la característica más llamativa del Seebühne, que, cada dos años, se reinventa para dar cabida a una nueva ópera. De esta forma, en 1999 y 2000 lució aquella magnífica figura del esqueleto ojeando un libro para Un baile de máscaras, de Giuseppe Verdi:



En 2001 y 2002, unas sillas y una mesa gigantes sirvieron de emplazamiento para La Bohème de Giacomo Puccini:


En 2003 y 2004, se cambió la tendencia operística para representar en el Seebühne West Side Story, exhibiendo para tal ocasión un aspecto algo más industrial:



En 2005 y 2006 regresó Verdi al Festival de Bregenz con El trovador, ópera que dispuso como entorno de una gigantesca maqueta de una factoría que incluso expulsaba fuego y humo:





En 2007 y 2008 se escogió como estrella del evento a la Tosca de Puccini, que gozó de un enorme ojo móvil:





Y, finalmente, en los dos últimos años se ha representado la Aida de Verdi con un escenario de evidente estética estadounidense:






¿Quién se anima a venirse conmigo un añito a Bregenz para ver una ópera en el Seebühne? No tengo ni idea de lo que costarán las entradas, pero imagino que coincidiréis conmigo en que este impresionante espectáculo merece la pena y el dinero. ¡Ay, si hicieran estas cosas en el lago de la Cartuja!

5 comentarios:

Frank Lhermitte dijo...

Qué chulo el sitio y las fotos. Lo malo es que entre transporte y alojamiento se va un pico seguro.

Gabriel Knightley dijo...

Es una preciosidad. Si te gustan estas cosas, busca el Teatro del Silenzio, en Lajatico (la "patria chica" de Andrea Bocelli). Es un teatro abierto -no tan impresionante, pero igualmente hermoso- en el que se actúa una única vez al año... todavía estoy haciendo cábalas a ver cuándo podré ir.

¡Muchas gracias por los vídeos! ^^

Nicasia dijo...

Vaya hace poco colgé en facebook una foto del primer escenario y me puse a buscar información como una loca. Es una maravilla, los escenógrafos son unos genios. Debe ser increíble que tu trabajo consista en crear cosas de semejante belleza

R-menor dijo...

I M P R E S I O N A N T E!
Gracias por compartirlo!
Apuntado en la lista de "Cosas que hacer antes de morir"
Un saludo!!!

Narya-Mithrandir dijo...

Eso es tomarse la escenografía en serio y lo demás son tonterías :P

A mí me encantaría poder ir algún año, aunque como sea tan complicado como aquí pillar entradas... y todo esto sin tener idea del precio XDDD