Desde hace un par de meses, llevo dándole a la cabeza a un pequeño juego literario que hoy os quiero presentar. Se podría definir con la siguiente pregunta:
¿qué personaje literario de nacionalidad española representa mejor a nuestro país? Estuve pensando cuál sería mi elegido, y no sólo con España, sino también con otras naciones como Inglaterra, Francia, Estados Unidos, Rusia o Italia; y decidí compartir con vosotros este "debate", a ver qué resultados salían.
Quiero arrancar el "debate" con España, que, a fin de cuentas, es lo que tenemos más a mano todos nosotros. Os voy a proponer cinco personajes españoles, ofreciéndoos los motivos por los que lo podríamos considerar como el símbolo de España; y,
durante dos semanas, podréis dejar vuestros votos en los comentarios, dar simplemente vuestra opinión e incluso añadir candidatos, si consideráis que se me ha olvidado algún personaje significativo.
Por España, me decanto por los siguientes personajes para simbolizarla:
DON QUIJOTE DE LA MANCHA

Siempre he oído que España es muy quijotesca y, en cierto modo, no le faltaban razón a esas voces. A lo largo de nuestra historia, y no sólo durante la época de Cervantes, los españoles hemos sido muy ilusos, dispuestos casi siempre a luchar por los más altos ideales (el honor del Imperio, la libertad, la democracia...), pero incapaces de hacerlo de un modo que no trajera consigo el fracaso. El 15M es, posiblemente, el ejemplo más reciente de quijotería. España, incluso en su época más gloriosa, nunca ha sido consciente de la realidad que la rodeaba; actuaba sin pensar, movida por valores nada desdeñables (en ocasiones, al menos), pero sin esa pizca de realismo necesaria para que las aspas del molino no te derriben miserablemente. Esa forma de ser la ejemplifica de forma idónea el Quijote, quien, además, presume de ser nuestro mayor emblema literario.
SANCHO PANZA

Lógicamente, si estaba don Quijote, no podía faltar su fiel escudero, símbolo de la España rural que imperaba hasta hace bien poco. Sancho, como muchos españoles de provincias, era un hombre sencillo y simple, avaricioso, con cierta sabiduría popular, pero inculto, fácil de engañar y bastante bruto en el fondo. Un hombre que, como sucedía en
Bienvenido Mr. Marshall, sueña con ser alguien en esta vida, con prosperar y abandonar su ruin existencia, pero al que la realidad siempre acabará frustrando, destruyendo sus castillos en el aire. No obstante, que no sea una lumbrera no le impide ser un hombre práctico, capaz de salir adelante con soltura; y de buen corazón, honrado, honesto, unas cualidades de las que carecen otros con más intelecto, dinero o poder.
LAZARILLO DE TORMES

En la literatura española nos encontramos con muchísimos pícaros, es decir, con personas de clase baja (y no tan baja) capaces de hacer cualquier cosa por sobrevivir y/o escalar puestos en la sociedad. Y, desde mi punto de vista, el Lazarillo es el ejemplo más característico de este aspecto tan crucial de la personalidad española. Posiblemente ningún otro país tenga tan implementado, en su genética social, este rasgo, que el Lazarillo explora y explota en todos los sentidos posibles. El niño abandona, a base de golpes (muchos de ellos literales), su inocencia y su moral para comenzar a engañar con astucia, a robar y hacer todo lo necesario para salir adelante. Con el tiempo, como le ocurrió a muchos españoles (y todavía sigue sucediendo), Lázaro se da cuenta de que el honor y la dignidad son pura fachada, que todos tenemos cosas vergonzosas que esconder y que es mejor sobrevivir que morir con honor.
DON JUAN TENORIO

El mito del don Juan es internacionalmente conocido. La figura del galán sin vergüenza ni corazón, elegante, educado, borracho, pendenciero, jugador, mujeriego... ha aparecido en más de una ocasión en nuestra literatura, y se ha convertido en un símbolo inequívoco de nuestra cultura. Si bien es cierto que, en otros países, también ha habido frívolos vividores, los donjuanes españoles siempre han destacado por ser menos discretos que sus homólogos italianos o franceses, y mucho más altaneros, buscando el pleito, en cuanto la ocasión lo permitía, para demostrar su valía frente a sus rivales. Al conquistador español poco le importaba ser descubierto en situaciones indecorosas con mujeres prohibidas; y cuanto mayor fuera el escándalo, todavía más gloria recibía del pueblo, que lo encumbraba como a una especie de héroe. Y el Tenorio de Zorrilla encarna a la perfección todas esas "cualidades".
CARMEN

Y pasamos del destructivo galán español a la española fatal, capaz de arrastrar a un hombre a la locura. Sí, es un tópico como una catedral, pero es cierto que muy pocos personajes femeninos, a lo largo de la historia de la literatura, tienen la capacidad de Carmen de encandilar, enamorar y torturar psicológica y sentimentalmente a alguien hasta salirse siempre con la suya. Esa pasión y esa personalidad tan pronunciada que la caracterizan las han mostrado, sobre todo, mujeres españolas, que sobresalen por su fuerza, su deseo irrefrenable de libertad e independiencia y, en ocasiones, un orgullo y una arrogancia dignas de los mismísimos donjuanes. No son mujeres que se doblegan ante las circunstancias, sino que se enfrentan a ellas con coraje, y hasta con rabia. Y Carmen es, sin lugar a dudas, la que mejor aglutina todos estos rasgos, tan propios de las españolas literarias (y no tan literarias).
Y vosotros, mis queridos lectores, ¿quién créeis que nos representa mejor? ¿El idealista Quijote? ¿El simplón Sancho? ¿El pícaro Lazarillo? ¿El crápula don Juan? ¿O la feroz Carmen? ¡Espero vuestros votos (o sugerencias)! Los resultados y el próximo país, en un par de semanas ^_^