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sábado, 17 de septiembre de 2011

Mis siete rincones del mundo

Dado que mi entrada sobre mis maravillas del mundo tuvo tanto éxito, me he animado a escribir otra parecida, en la que quisiera compartir con vosotros, mis queridos lectores, los siete rincones del mundo que más me han gustado. Como sucedió con mi anterior listado (que no ránking, Delia :P), notaréis que hay bastante variedad en esta selección, en la que he querido incluir muchos de los hermosos lugares que he visitado y que, por motivos bastante obvios, no pude mencionar en mi última actualización. Espero que os guste ^^

WESTER ROSS (ESCOCIA)
Si tuviera que definir a Escocia con una sola imagen, sin duda alguna escogería una instantánea de esta región de las Highlands. Los motivos saltan a la vista: es el típico paisaje escocés con el que todos los amantes de aquella tierra soñamos con ver y pisar algún día. Pequeñas montañas, lagos y enormes praderas completamente verdes son las piezas de esta maravilla de la Naturaleza, la cual podéis disfrutar en Stardust, puesto que muchos de los exteriores se rodaron allí. Y no es de extrañar, puesto que es un paraje de ensueño. Por cierto, si vais de visita, no dudéis en pasar por el jardín botánico de Inverewe, muy interesante por la variedad floral y vegetal que exhibe gracias a los efectos de la corriente del Golfo, que recibe directamente.

ISLA DE SKYE (ESCOCIA)
Junto al Western Ross, es una de las más hermosas vistas que nos deja Escocia. La isla de Skye nos ofrece un paisaje similar al descrito con anterioridad, quizá un poco más abrupto, lo que, de hecho, refuerza su belleza, puesto que permite la formación de pequeñas cascadas, que quedan diseminadas a lo largo de toda su geografía. Y ya que os he recomendado algo en el Wester Ross, lo justo es que haga lo mismo con Skye, donde podéis encontrar el castillo de Dunvegan, perteneciente al clan de los MacLeod, con su curiosísima colonia de focas.

PARQUE NACIONAL DE PLITVICE (CROACIA)
Fue mi mayor descubrimiento durante mi último viaje por el extranjero y, con mucha diferencia, lo más bello que contemplé en tierras de Croacia. Este parque natural, desconocido para el gran público, es una auténtica joya por muchos motivos: sus inmensos lagos repletos del agua más cristalina que jamás haya visto, que invitaba a bañarte en ellos hasta la caída del sol; pequeños rápidos y cascadas que conectaban, de mil formas distintas, todas esas lagunas; enormes cataratas, algunas de las cuales no parecían propias de un bosque europeo, sino de una selva tropical; y, por supuesto, la frondosa vegetación, que es la que, en definitiva, consigue trasladarte a un nuevo mundo, más mágico y misterioso. Es más, los árboles son los mejores guías de este parque, pues ocultan con sus ramas todos los tesoros del mismo, no esperándote lo que te vas a encontrar hasta que lo tienes delante de tus narices. Por eso mismo, visitar Plitvice es llevarte una sorpresa agradable tras otra.

VENECIA (ITALIA)
Cuando viajé por Italia, describí a Florencia como la villa de las artes; a Roma, como la gran capital imperial; y a Venecia, como la ciudad-monumento. Y es que esta célebre localidad no destaca especialmente por ninguna escultura, edificio o conjunto arquitectónico (si bien es cierto que la basílica de San Marcos es una pasada -a punto estuvo de entrar en mis siete maravillas del mundo-, así como el Campanile), sino por el todo que conforma cada palacio, cada casa, cada plaza, cada puente, cada canal, cada iglesia... Venecia es, en sí misma, un gigantesco monumento, que sólo se puede apreciar de veras cuando te internas en sus muchas callejuelas y hallas, en cada esquina, en cada recodo, un rincón único, apartado o no, con o sin agua, silencioso o ruidoso. Se trata de una ciudad tan particular que no hay ninguna que se le compare en el mundo.

GLEN COE (ESCOCIA)
Para un fan tan acérrimo de Braveheart como soy yo, este paraje ha de encontrarse, de forma incuestionable, entre mis elegidas. Sí, aquí fue donde rodaron los exteriores de la famosa película de Mel Gibson y, sinceramente, no me sorprende que escogieran este lugar, el más montañoso de toda Escocia. A la sombra del Ben Nevis (cuya vista impresiona, sobre todo porque es imposible ver la cumbre, siempre rodeada de nubes), esta cordillera deslumbra por su intenso color verde, el más puro que se pueda contemplar en las Highlands (y quizá en todo el mundo), y por su música. Sí, léeis bien, su música, esa que suena cuando eres capaz de dejar de escuchar a la gente que te rodea y prestas atención al sonido del viento recorriendo los valles y las montañas. En su día, apenas pude estar un par de horas, pero espero que, en el futuro, vuelva a pisar aquel sitio y disfrutarlo tranquilamente, como se merece.

VIENA (AUSTRIA)
Aunque Praga y Budapest son dos ciudades fantásticas, de Centroeuropa la capital que conquistó mi corazón fue Viena. Y no es que la villa austriaca sea como Venecia, es decir, un monumento por sí misma, pero me encantó por sus múltiples espacios verdes y sus hermosos edificios, dispersos todos ellos a lo largo de la Ringstraße, una avenida circular que rodea el casco antiguo de la ciudad. De esta forma, mientras te das un paseo por la calle anillo, te puedes encontrar el majestuoso edificio del Parlamento, cuya arquitectura imita a la de los templos grecorromanos (de hecho, en su puerta se halla una estatua de Atenea); el hermoso Ayuntamiento, de estilo neogótico (vedlo por vosotros mismos en la imagen); la iglesia Votiva, también neogótica (en la que se puede encontrar una reproducción de la Virgen de Guadalupe de México); la célebre Casa de la Ópera vienesa; la inmensa plaza de los Museos... Y si a todo eso encima les unes los palacios de la época imperial, la catedral de San Esteban, la infinidad de pinacotecas, los módicos precios para escuchar música clásica... No hay otra opción: te has de rendir ante sus encantos.

BRUJAS (BÉLGICA)
Y termino mi listado con una pequeña ciudad a la que he de regresar sí o sí, pues la pequeña excursión de tres horas desde París me supo muy a poco. Y es que Brujas es una villa que demanda algo más de tiempo para disfrutarla con plenitud. No en vano, y al igual que Venecia, el encanto de esta localidad belga radica en patearla bien a fondo, en recorrer todas y cada una de sus calles y sus parques, en navegar por sus hermosos canales, en sumergirte en la historia de la ciudad por medio de sus edificios de corte medieval, en descubrir las preciosas iglesias que hay diseminadas por todo el casco antiguo... En este último sentido, me gustaría destacar la de Nuestra Señora, en cuyo interior se puede contemplar una bellísima Madonna, realizada en mármol por el mismísimo Miguel Ángel. Por supuesto, tampoco me olvido de las chocolaterías, que edulcoran el aire de Brujas con el aroma de sus dulces, ¡y de la tienda oficial Tintín!

¿Qué os han parecido estos rincones del mundo? ¿Os han gustado o eliminaríais alguno de esta lista? Vuestras aportaciones, en los comentarios ;)

2 comentarios:

Nicasia dijo...

Tengo que penar en los otros, pero tengo claro que el primero es "la calzada de los gigantes" en Irlanda

http://4.bp.blogspot.com/_9uY_zN4nzqM/TGo0qky5vaI/AAAAAAAAGcs/gQVh4khdMxM/s1600/CALZADA+5.jpg

Una formación geologica natural con preciosa leyenda mitológica incorporada.

M dijo...

Yo quiero listados más extensos, ea XD