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domingo, 18 de septiembre de 2011

El jardín de los monstruos

Hace mucho tiempo, cuando tan sólo uno de los mayores genios de la Humanidad soñaba con volar, vivía un conde jorobado. A lo largo de su vida había tenido que lidiar con muchas desgracias: la guerra, el cautiverio, su propia deformidad... Pero ninguna de esas malas experiencias se pudo comparar a la muerte de su amada esposa, Julia. Su corazón sintió tal dolor, tal pena, que quiso dejarla patente hasta el fin de los tiempos en una obra descomunal y nada propia de la época. Mientras que los artistas coetáneos de este noble, llamado Pier Orsini, ansiaban la búsqueda de la luz y la perfección, lejos de las costumbres estéticas y temáticas del medievo, él quería algo oscuro, terrible e incluso terrorífico. Deseaba que su llanto eterno por Julia quedara reflejado en la piedra volcánica de los jardínes de su villa.

Y, de esta forma, nació el jardín de los monstruos:

He aquí una de las entradas, la Puerta del Infierno, que da acceso a un complejo único en el mundo. Pese a estar construido en el Renacimiento, el estilo de las esculturas y los ornamentos nada tiene que ver con los preceptos de aquella corriente artística, sino, más bien, con las pesadillas del Goya más tenebroso, o incluso el surrealismo del siglo XX (el mismo Salvador Dalí quedó asombrado cuando visitó este lugar). Empleando motivos grecorromanos, Pirro Ligorio, el célebre arquitecto italiano que terminó la basílica de San Pedro del Vaticano, proyectó unos jardínes tétricos, de naturaleza realmente salvaje, sin armonía alguna, que ocultaban, en cada rincón, una escultura de lo más peculiar, desde Aníbal pasando por encima de un legionario romano con su elefante, hasta un dragón luchando con dos perros (algunos estudiosos dicen que son leones), pasando por Hercules asesinando a Caco, ogros, duendes, sátiros, gigantes... E incluso una casa completamente ladeada.

Para reforzar el carácter lúgubre de su creación, el conde Orsini pidió que, a lo largo de su jardín, se colocaran extractos de poemas de Petrarca y otros literatos de su tiempo, para invitar a la reflexión sobre la vida y la muerte dentro de aquel recinto. "Sólo para desahogar el corazón", reza una de las inscripciones más famosas de este lugar, la cual sirve como testamento de un noble que se volvió loco por culpa del amor perdido.

He aquí una pequeña muestra de lo que se puede apreciar en el jardín de los monstruos de Bomarzo:

Aníbal marchando sobre un legionario romano con su elefante

Hércules asesinando a Caco

El dragón luchando contra los dos perros

Un temible gigante

Un dragón ornamental

La casa ladeada

Yo no sé qué os parecerá a vosotros, mis queridos lectores, pero a mí, en vez de miedo, me ha entrado una curiosidad horrorosa, y unas terribles ganas de conocer este misterioso sitio. ¿Y a vosotros? ¿Qué os parece el peculiar legado del conde Orsini?

4 comentarios:

Nicasia dijo...

¿Sabes que hay una novela espectacularmente buena sobre estos jardines y su creador? Se llama "Bomarzo". novela histórica de las buenas. Te a recomiendo mucho

Findûriel dijo...

De hecho, es que el jardín recibe el nombre de Bomarzo... Keleb-Dûr estuvo allí hace años, y elaboró una guía muy práctica sobre cómo ir.
Le paso tu entrada para que nos comente cosas :)

Alberto Zeal dijo...

Sí, conozco la novela, gracias a la "labor de investigación" que he hecho para esta entrada. Me la apuntaré para futuras lecturas ^^

Muchas gracias, Findu. Será muy interesante leer la opinión de alguien que ha estado allí y conoce el lugar, si se anima a pasar por este humilde rincón. Lo único malo es que pueden aumentar mis ganas de ir XD

keleb-dûr dijo...

me dijo Monica que comentara esta entrada así que aquí vengo, permiiiiisooo. Lo que comentas del conde jorobado es precisamente lo que "noveló" Mújica Laínez en ese fantástico libro que comentais. Tomó la figura del conde d'Orsini e inventó una historia y personalidad en torno a su figura, dentro de un fresco maravilloso de renacimiento italiano.

Has explicado muy bien la singularidad de este jardín, y es que, dentro del racionaismo del arte renacentista surge esta "rara avis" llena de criaturas fantásticas y formas orgánicas que presagian el barroco e incluso el surrealismo (de hecho los artistas surrealistas de principios del XX fueron los que dieron a conocer esta joyita.

Nosotros estuvimos en septiembr ey no había prácticamente gente (nosotros, unos operarios cortando ramas y una pareja con un cochecito) así que lo disfrutamos un montón. Es pequeñito pero impresionante. Me encantaría poder celebrar allí alguna fiesta temática renacentista ô algo ^^