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jueves, 9 de diciembre de 2010

Arcade revival

Buenas tardes a todos mis lectores. Hoy me he despertado algo nostálgico, así que me he decidido a sacar del polvoriento baúl de los recuerdos unos viejos amigos de nuestra infancia: los arcades. Ya sabéis, aquellos videojuegos de los que disfrutábamos en los salones de recreativas, a razón de 25 pesetas el crédito. Durante varios años, sus inigualables gráficos y sonidos (que rivalizaron incluso con los de las videoconsolas de 16 bits) nos encandilaban y entretenían, ya fuera jugando con ellos o viendo cómo otros sufrían frente a enemigos finales a los que jamás nos enfrentaríamos. Y es que, reconozcámoslo, era casi imposible pasarse aquellos videojuegos (o, al menos, la gran mayoría), así que, si alguien se llegaba más lejos de lo que nadie había visto hasta entonces, era poco menos que un héroe.

No obstante, dichas dificultades no nos echaban para atrás y continuábamos intentando, una y otra vez, alcanzar el final del juego para así conocer cómo terminaba su historia. Por ejemplo, ¿quién no quiso averiguar si Arturo, Lanzarote y Perceval liberaban a Inglaterra de las garras del malvado Garibaldi en Knights of the round?



Este fue uno de los muchos títulos que sacó para recreativas la empresa Capcom. Esta compañía fue la principal responsable de perfilar las características del género arcade, las cuales, en 1989, ya habían sido anticipadas por una de las joyas de Sega, a saber, Golden Axe:



¿Y cuáles eran dichos rasgos? Pantallas unidireccionales que trataban de simular las tres dimensiones; enemigos variopintos a los que había que derrotar a base de golpes (pasando sus barras de vida del amarillo al letal rojo); un tiempo determinado para superar las fases; objetos que se podían romper para lograr nuevas armas, comida (que recuperaba la vida de nuestro personaje) o artículos-bonus; y, por supuesto, enemigos finales cada vez más temibles (y con barras de vida kilométricas). Capcom, además, incorporó los movimientos especiales, esto es, un golpe letal que provocaba un gran daño a varios enemigos, pero que también le restaba vida a nuestro héroe. Estas peculiaridades se pudieron disfrutar en juegos como el mencionado Knights of the round, así como en Final Fight:



Captain Commando (y su bizarro bebé-androide -que, irónicamente, era el que más fuerte pegaba-):



O Cadillac & Dinosaurs, entre otros ilustres ejemplos:



Muchas fueron las compañías que siguieron la estela de los arcades de Capcom, como Konami, que nos brindó la primera recreativa en la que podían jugar cuatro personas merced a su Teenage Mutant Hero Turtles:



Con todo, la verdadera obra maestra de Capcom, el título que realmente revolucionó el mundo de los videojuegos, no fue ninguno de estos 'beat'em-up', sino un arcade de lucha en dos dimensiones, en el que podías elegir diferentes personajes de todos los rincones del mundo, cada uno con su propio escenario, música, técnicas de lucha... Estoy hablando, por supuesto, de Street Fighter II:



Las peleas de Ryu, Chun-Li o Guile con los sicarios de Mister Bison (quien, en realidad, se llamaba M. Bison) pasaron a la historia, convirtiéndose en un fenómeno social (incluso fue llevada al cine, si bien la película jamás estuvo a la altura) y dando origen a una nueva concepción de la lucha virtual, de la que se aprovecharon muchas empresas para lanzar sus propios títulos, como World Heroes:



O, por supuesto, Mortal Kombat, que dio un giro más de tuerca con la incorporación de los 'fatalities' y mucha más sangre:



Pero no todo eran luchas en los arcade, sino que también había espacio para las plataformas. Dentro de este género, había que destacar dos subcategorías, a saber, la que implicaba luchar contra enemigos y jefes finales de distinta índole mientras ibas sorteando toda clase de obstáculos, como Toki:



Hammerin' Harry:



Midnight Wanderers:



O el archiconocido Shadow Dancer (el mítico Shinobi con su magnífico perro ayudante):



Y las plataformas más tradicionales, en las que la habilidad para sortear las trabas de la fase era más importante que acabar con los monstruos, debiendo destacar, en este sentido, a Snow bros:



A su vez, en las recreativas eran sumamente populares los juegos de aviones, los cuales presentaban temáticas de lo más diversas, desde las más "realistas", como Aerofighters:



A las fantásticas, como Chariot:



Pasando por otras más difíciles de catalogar, como Prehistoric isle:



Y, faltaría más, las de tendencia futurista, como R-Type:



Tampoco faltaban videojuegos que pusieran a prueba nuestro ingenio y nuestra pericia, una modalidad en la que se encuentran clásicos como Pang:



Puzzle Bubble (uno de los favoritos de Ro):



Y, cómo no, el célebre Tetris:



Menuda época más prolífica, ¿eh? Hay que reconocer que, aún sin Internet, no nos aburríamos demasiado ;)

4 comentarios:

Gabriel Knightley dijo...

Y que vivíamos los juegos aunque no tuvieran unos gráficos increíbles, y se pudieran pasar con sólo dos botones ^^ me ha gustado muchísimo la entrada, había juegos que no recordaba y que al rememorarlos me están pidiendo una partida. Menos mal que muchos se pueden jugar ahora con emuladores :D

Elessar dijo...

Dioooooooooooox, la cantidad de dinero que me habré dejado yo e todos esos juegos! xDDD

Que tiempos :_(

Frank Lhermitte dijo...

Lo dicho, vaya pedazo de entrada y qué recuerdos.

Ese Toki... :D

Celebnár dijo...

Que solo haya jugado a dos de todos esos tiene su guasa... al puzzle bublle y al tetris ¡y al tetris ni siquiera ahí! Me gustaba más el bomberman xDD