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domingo, 21 de noviembre de 2010

Profanando clásicos

El pasado viernes, justo antes de que empezara la última entrega de Harry Potter (que me encantó, por cierto), me quedé boquiabierto con el trailer de la última ocurrencia que nos llega desde Hollywood:



¡No veas cómo ha crecido Caperucita! La tierna niña ha dado paso a una mujer envuelta en un triángulo amoroso, en el que el lobo es sólo una excusa para destapar las dudas y las envidias latentes entre los jóvenes amantes, envueltos por un ambiente oscuro y gótico... Pero qué bonito, ¿verdad? Únicamente a la directora de Crepúsculo se le podía ocurrir la novedosa idea de que un cuento clásico se convirtiese en una historia de amor adolescente con tintes sobrenaturales... Ahora en serio, ¿esto es lo mejor que nos puede ofrecer Hollywood a día de hoy? ¿Un Crepúsculo "medieval" tímidamente inspirado en un cuento tradicional? Porque si todavía hubieran recreado la leyenda original, pues mira, habría aplaudido la valentía de la productora, pero esto me parece ya rizar el rizo. ¿Qué será lo próximo? ¿Transformar la historia del gato con botas en una nueva Pasión de Gavilanes, con los hermanos disputándose la herencia del padre con malas artes, inspiradas por el felino que, en realidad, será un demonio que sólo quiere corromper sus almas? Por favor...

5 comentarios:

Elessar dijo...

Más miedo me da a mi "El Hobbit" estando PJ por medio :P xD

PD: Como ya comenté en fb, Harry Potter me gustó poco, pero al menos rescato lo diver de algunas situaciones del triángulo entre él, Ron y Hermione xD

Celebnár dijo...

Yo voto por que se haga esa adaptación del gato con botas.
Dicho queda.

Narya-Mithrandir dijo...

Jajajajajajaja, por supuesto seremos los primeros en comprar las entradas para esa peli y para la versión del gato con botas que propones :P

Nicasia dijo...

yo les voy a vender la historia de una joven ninfomana narcoleptica, que pedirá ayuda a tres psicologas argentinas para encontrar el amor de su vida, todo basado en el barroco español

Gabriel Knightley dijo...

Ésta peli tiene pinta de ser como el Gran Hermano: una prueba para determinar hasta qué punto acepta la gente lo que se les ofrece, independientemente de que sea un producto lamentable.

Me hizo gracia no ya que el director (o directora, según apuntas) hubiera llevado Crepúsculo antes, sino que hasta el chico de Caperucita se tiene un aire exagerado al vampiro de esa serie.

En cualquier caso, estas pelis son un filón. La gente acude a ver una versión de algo popular, y si aún encima lo aderezan para un sector consumista muy importante, más que venderán. ¿Para qué esforzarse por conseguir algo original, mientras esta receta superventas funcione?