Un loro regresa a casa tras explicar dónde vive
Que Japón tiene algunas de las aficiones más originales de todo el mundo, ya se sabía. Que son líderes en muchos inventos tecnológicos, también. Lo que se descubre ahora es que hasta los animales del país nipón tienen dotes especiales. El miércoles, un loro doméstico que se había perdido fue devuelto a su domicilio por la policía gracias a que el ave pudo comunicar el nombre de su dueño y su dirección.
Las autoridades de la provincia de Chiba (centro de Japón) capturaron el pasado 6 de mayo a un loro africano de color gris, al que llevaron a una clínica veterinaria. Los loros grises africanos son un tipo de mascota muy popular entre los japoneses por su capacidad de imitar los sonidos y las palabras humanas y éste no defraudó a sus interlocutores.
Una vez en la clínica, el loro no dejó de repetir "Nakamura Yosuke-kun", el nombre que le había puesto su dueño, Yoshio Nakamura, además de la dirección de su propietario, incluido el número de su domicilio. Los responsables de la clínica veterinaria reportaron el pasado 19 de mayo a la policía que el loro les había proporcionado esos datos personales y, poco después, las autoridades localizaron a Nakamura y le devolvieron su mascota. Al recibir a su loro, el dueño no se mostró sorprendido: "No estaba preocupado porque prácticamente no vuela y, además le he estado enseñando a decir cosas tales como la dirección", dijo.
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Un japonés encuentra a una mujer viviendo en su armario
Intrigado por la misteriosa desaparición de alimentos de su frigorífico, un japonés se llevó la sorpresa de descubrir a una mujer que vivía en un armario de su casa desde hacía prácticamente un año.
El hombre, un soltero de 57 años, decidió instalar una cámara de seguridad en su casa, en la localidad de Fukuoka (oeste), para descubrir el motivo de la desaparición de comida de su cocina. Y llamó a la policía cuando vio en las imágenes a una mujer que se paseaba por su domicilio en su ausencia.
"Registramos la vivienda y descubrimos a la mujer instalada en un armario", explicó un portavoz de la policía de Fukuoka. La mujer, Tatsuko Horikawa de 58 años, vivía escondida en la parte superior de un armario, lo suficientemente grande para albergar a una persona acostada, donde había instalado un colchón y varias botellas de agua.
La mujer explicó a los investigadores que no tenía dónde vivir. "Parece que habitó aquí durante un año, aunque no todo el tiempo", declaró el portavoz. La mujer fue detenida y la policía sospecha que pudo haber instalado escondrijos en los armarios de otras viviendas del barrio.