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lunes, 14 de abril de 2008

DEP Chema V_V

Sin palabras me he quedado al ver esta noticia. Ha muerto Chema, el panadero de Barrio Sésamo, uno de los mayores iconos de mi infancia:

Fallece el actor trillano Juan Ramón Sánchez, "Chema el Panadero" de Barrio Sésamo

El actor Juan Ramón Sánchez Guinot, con orígenes familiares en Trillo, localidad donde viven sus padres, falleció en la noche del jueves al viernes pasado en Madrid, a los 51 años de edad, tras una fulminante enfermedad.

Juan Sánchez encarnó uno de los personajes que marcaron la infancia de la generación que hoy ronda los 25-30 años: el de "Chema, el panadero", en la recordada serie infantil "Barrio Sésamo". Fue uno de los rostros más populares de aquella televisión con dos únicos canales.

Sánchez participó en esta etapa del programa entre los años 1983 y 1987, en la franja vespertina de TVE 1. Aquella edición de Barrio Sésamo tomó el relevo de "La Cometa Blanca", y luego fue sustituida por "Los Mundos de Yupi.

Sánchez estaba casado con otra actriz, Chelo Vivares, que encarnaba en el interior de un enorme peluche al personaje más popular de aquella barriada: el erizo "Espinete".

Además de este papel que le dio tanta fama, Juan Ramón era un reconocido actor de teatro. Junto a su mujer también formó un grupo musical en los 70: "Red de San Luis", etapa en la que ambos se conocieron. Sánchez era bajista en aquella formación, que ganó el Festival de Sopot en Polonia.

En cine, participó en películas como "Matador" (1985) de Pedro Almodóvar; y en "Donde está el corazón" (1990), un film norteamericano dirigido por John Boorman y protagonizado por Uma Thurman. También hizo colaboraciones en episodios de las series "Farmacia de guardia" y "Los ladrones van a la oficina". Su primera aparición fue en una película de Carlos Saura protagonizada por Geraldine Chaplin: "Los ojos vendados". También, con Francisco Nieva, fue actor en "Coronada y el toro".

En los últimos años, la actividad profesional del actor se centró en la regencia de una pequeña sala de teatro en Madrid, que adquirió junto a su compañía: "Sala Tribueñe", donde se han programado recientemente obras como la trilojía de Valle Inclán: "Retablo de la lujuria, la avaricia y la muerte". En estos momentos esa sala programa la obra "Por los ojos de Raquel Meyer", donde Sánchez estaba encargado de la luz y el sonido. La protagonista de la obra es Chelo Vivares.

Además de la de actor, tenía un gran pasión: la pintura. Exponía habitualmente en la Fundación Argos, de El Escorial y además era monitor de un grupo de alumnos de etnia gitana en el Pozo del Tío Raimundo, actividad que ejercía altruistamente.

La vinculación de Sánchez a Trillo viene desde sus bisabuelos. Sus padres viven actualmente en la localidad alcarreña, a donde Sánchez acudía con mucha regularidad, en períodos vacacionales y de fines de semana.

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Podéis encontrar mi panegírico en el Zeality original. Que descanse en paz V_V

3 comentarios:

Marta G. Navarro dijo...

Sin palabras me dejas a mí también. ¿Por qué hay tantos casos de cáncer terminal cada vez en gente más joven? No es justo, es una maldita epidemia :(

Narya-Mithrandir dijo...

Vaya, no lo sabía :-(
Siempre resulta triste enterarse de la muerte de alguien pero si encima es de alguien al que le tienes especial cariño (aunque sea por su caracterización de un personaje concreto), pues la verdad es que resulta todavía más triste.

Vaya, no lo sabía :-(
Siempre resulta triste enterarse de la muerte de alguien pero si encima es de alguien al que le tienes especial cariño (aunque sea por su caracterización de un personaje concreto), pues la verdad es que resulta todavía más triste.

Y lo que dice Imemine es verdad, cada vez hay más casos de cáncer terminal en gente relativamente joven, ¿será la alimentación cada vez menos natural?, ¿el sedentarismo?, ¿el estrés e infelicidad en que parece se sumergen la mayoría de las personas? o simplemente es jodida mala suerte.

Arwen Undómiel dijo...

Jops, yo también me he enterado. Qué mal, aunque yo soy demasiado pequeña como para haber visto Barrio Sésamo en todo su esplendor, sí que me acuerdo de Chema.
Qué mala suerte.